ACTA DE FUNDACIÓN
Se funda en Talca con fecha 31 de agosto de mil novecientos cincuenta y uno el Club de la AMISTAD formado por trece esforzados que prefieren la amistad a todas las cosas humanas; pues nada hay a la naturaleza, tan conveniente para las cosas, ya próspera, ya adversas, según el consejo de Cicerón. Sus componentes tendrán como horizonte el axioma que sólo es posible tener buenos compañeros en la vida, empezando por serlo y se comprometen desde ya a ser tolerantes, respetuosos, leales, luchando contra todo aquello que pueda desvirtuar la noble consigna que los une.
A través de tan preciada virtud, es compromiso solemne superarse en teda dase de manifestaciones espirituales, ayudándose afanosamente en el propósito de dignificar esta vida transitoria y sin perder de vista, en un exceso de idealismo, los recursos indispensables a que nos obliga el trabajo perseverante. Es compromiso amplio unirse estrechamente para formar un fondo común que permita una prosperidad material destinada, en la medida de lo posible, a protegernos de la inercia y del abandono.
Esta organización que hemos acordado denominar “LOS CÓNDORES", cumplirá pues, con fines culturales y sociales, siendo su distintivo o emblema, el Cóndor de nuestras nevadas alturas como representante de la libertad y amplitud de horizonte y por ir prendido a nuestro escudo patrio; junto a él irá una cadena abierta con trece eslabones que simbolizará nuestro común deseo de vivir y permanecer unidos mientras dure la fugaz y transitoria permanencia en esta tierra.
Nuestra organización no tolerará que los ánimos se debiliten o se abatan en medio de inútiles discusiones y agravios. Toda dificultad encontrará fin en un poderoso y sostenido deseo de cooperación, siendo nuestro criterio la sabia concepción de Amado Nervo:
"Hermano: Sé como el molino de mi huerta; los pies en el suelo y la cabeza en el cielo.
"Álzate jubiloso en la mañana llena de luz; tranquilo bajo la serena mansedumbre de la tarde; impávido cuando en la noche pese sobre tormentosas nubes.
"Debe girar siempre tu rueda sacando afanosa el agua. Llena tu vaso y da de beber al hermano sediento; y cuando colmes tu represa, deja correr las aguas por la campiña para que beban también los corderos y las palomas, las flores y las hormigas.
"Sea tu fuente, manantial divino que apague la sed de los hombres; que fecunde la tierra reseca de las almas; que sea ninfa cristalina donde orgullosa se mire la luz de los cielos.
"Hermano; Sé como el molino de mi huerta: Tu vida valdrá según lo que riegues".
En Talca, a 31 de agosto de 1951.