La Sociedad LOS CÓNDORES de Talca, aspira a que sus integrantes tengan como horizonte el axioma de que solo es posible tener buenos compañeros en la vida.
   
  Sociedad los Condores de Talca
  Nuestra Inspiración
 

JENARO GAJARDO VERA,

el inspirador.

 por  Ricardo Melgarejo Rocco

Tema expuesto en la Sesión Comida de Abril de 2011 de la

Sociedad “LOS CÓNDORES” de Talca

 

        Para los primeros integrantes de la Sociedad “LOS CÓNDORES” de Talca, y hasta el día de hoy entre nosotros, don Jenaro Gajardo Vera fue y es el socio número uno, y porque a más que él así se auto denominó, todos los miembros de esta institución lo han aceptado así, por haber sido el inspirador de su creación.

         Nació en Traiguén el 18 de noviembre de 1919, en la provincia de Malleco y siendo el sexto de nueve hermanos. Fue un hombre versátil, por lo que combinaba su vida de rectitud con la de un soñador, estudió para convertirse en abogado, aunque también ejerció como músico, pintor y escritor, autor de tres libros: "Algunas cosas sencillas" (ensayos), "Copas de fuego" (poesía) y el cuento "El zapatero silencioso", publicado en español y en francés. En su volumen de poemas aparece uno titulado Lunario, "en que pronostica que un día el hombre va a llegar a ella y traerá entre sus manos la pulpa inerte de nuestro satélite". Quedó inconclusa la novela, que se tituló "Sebastián Quimera", en la que se relata la vida de un hombre sin ambiciones materiales, pero sí con un sentido absolutamente desarrollado de la virtud más escasa: la gratitud.

         Comenzando el año 1951, luego de egresar de su carrera de derecho, se avecinda en Talca para ejercer su profesión; en esta ciudad tenía parientes y muy buenos amigos que lo atrajeron a compartir una amistad entre solteros.

         Fue con ellos, con quienes plasmó su idea de constituir una Sociedad de Amigos, una Sociedad de la Amistad, y que denominó Sociedad “Los Cóndores” de Talca, la que se fundó un 31 de agosto de 1951, a la sazón tenía 32 años de edad.

        En el primer listado de los futuros integrantes de la Sociedad de la Amistad, manuscrito por él, el Nº1 es Jenaro Gajardo Vera, de allí -y era que no- fue el socio número uno.

       Tal vez, su mejor amigo en Talca, lo fue don Osvaldo Vilas Luaces, que estando en el listado por don Jenaro confeccionado, no concurrió a la fundación de la Sociedad de Amigos. El listado se redujo a trece buenos y bien intencionados hombres.

        Al cumplirse el sexagésimo aniversario de su Sociedad,  su personalidad se recuerda, dando un bosquejo de ella.

         Sus dos grandes amores fueron: su Sociedad “Los Cóndores” de Talca y su Luna; de ambos fue propietario, a su manera.

 

           La apropiación de la Luna, hizo una celebridad a don Jenaro Gajardo Vera y conocido mundialmente.

          Tal apropiación se gestó al estilo de don Jenaro.

 

          En el año 1868 se fundó el Club Talca, institución que se vio seriamente afectada por el quiebre institucional de 1891, por cuanto los socios balmacedistas debieron emigrar, fundando otro Club, el Unión Social.

          El Club Talca, al marginar a los progresistas seguidores del Presidente José Manuel Balmaceda, mantuvo a los socios partidarios del parlamentarismo vencedor, conservadores por excelencia. De allí en adelante no contaron con la gente del comercio y la industria, ambas áreas pujantes en aquel entonces, conservado tan solo a pretensores de la prosapia talquina, rentistas y agricultores en franca decadencia como la de sus familias (Cruz, Concha, Donoso, Silva, etc.), de las cuales provenían la mayoría de los socios.

           La sede social de calle Uno Oriente Nº 1033 se transformó con el tiempo y en la década de los años 50, en un alero conservador, con la justificación de constituir la tradición talquina.

          Allí, fue a pretender su membresía don Jenaro Gajardo Vera, intentando ser socio de tan exclusivo Club. Recibió un convite en una noche de septiembre de 1954, para explicarle que por su condición de abogado podría ser aceptado como miembro, pero que careciendo de hacienda, de un patrimonio, tal opción era imposible.

         Vamos ahora a la versión de don Jenaro Gajardo Vera: “Cuando salí de la sesión, me fui caminando hasta la plaza. Me molestó que se diese tanta importancia a las cosas materiales. Me detuve y miré al cielo. Y vi la Luna llena. Qué curioso -me dije: el satélite pertenece a la Tierra, tiene dimensiones y nadie lo ha inscrito a su nombre". Al día siguiente llevé donde el Conservador de Bienes Raíces don César Jiménez Fuenzalida los carteles que la ley exige, dando cuenta de sus dimensiones y de mis intenciones. El Conservador, hombre prudente y medido, leyó el cartel, me miró y me dijo: "¿Tú sabes bien lo que estás haciendo, Gajardo?" Sí, le replique; y me dijo, "Mira, tienes toda la razón del mundo: pertenece a la Tierra, tiene deslindes, tiene dimensiones. No creo que nadie la haya inscrito, pero de aquí en adelante te van a tildar de loco". No importa -le repliqué. Realicé tres publicaciones en el Diario Oficial, y como no hubo oposición, se me concedió la inscripción. Todo el trámite me costó 42 pesos de la época. Cuando tuve el título en mis manos, en una de las reuniones del club social de Talca me dirigí al señor que me había objetado: "Mire, Ud. que se interesa tanto por los bienes materiales: he inscrito el satélite lunar de acuerdo a la ley, así que me pertenece. Aquí está la copia de la inscripción, autorizada por el Conservador de Bienes Raíces". Y el hombre tuvo un gesto muy lindo: se paró y me abrazó, diciéndome: "Perdóname; me has dado una lección".

             Pero la situación incluso sentó doctrina en materia de propiedad espacial. Una vez, el entonces Ministro de la Corte Suprema  don Rubén Galecio Gómez le dijo: “Bueno, si tú inscribiste la luna, yo puedo hacer lo mismo con el planeta Marte”.

            Don Jenaro Gajardo respondió prontamente: “No puedes, por cuanto el Derecho Civil impide reclamar propiedad sobre un bien que no pertenece a la Tierra, como es el caso de Marte”.

            La mítica escritura mediante la cual don Jenaro Gajardo Vera declaró ser dueño de la luna, el 25 de septiembre de 1954, extendida ante el Notario de Talca y a la vez Conservador de Bienes Raíces, es breve y su texto dice:

 

 

“Jenaro Gajardo Vera, abogado, es dueño, desde antes del año 1857, uniendo su posesión a la de sus antecesores, del astro, satélite único de la Tierra, de un diámetro de 3.475.00 kilómetros, denominada LUNA, y cuyos deslindes por ser esferoidal son: Norte, Sur, Oriente y Poniente, espacio sideral. Fija su domicilio en calle 1 oriente 1270 y su estado civil es soltero.

Jenaro Gajardo Vera
arné 1.487.45-K Ñuñoa

Talca, 25 de Septiembre de 1954

 
 
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